El
crédito permea nuestra sociedad. Si subo a un taxi, recibo crédito del
conductor, quien me presta el servicio bajo la promesa de pago al llegar. Si me
registro en un hotel, pago con la tarjeta de crédito, que es una promesa de
pago al banco. Si recibo dinero del exterior, usualmente por detrás
hay una operación de crédito que mi banco le da al banco que envía el dinero,
pues a mí me dan el dinero de inmediato, pero entre ellos se arreglan al final
del día de negocios.
De todo lo
anterior es que se entiende el problema que causa no tener crédito. Países con
sanciones económicas, por ejemplo, prácticamente no pueden comerciar con el
mundo pues no hay forma de generar las cartas de crédito en divisa ni realizar
las transferencias internacionales. Sin crédito, el mundo se detiene.
Pasado el trueque, a un italiano se le ocurrió la fábulosa idea del empeño,
recibía joyas y emitía un vale por el valor depositado, la gente podía
intercambiar los vales y el sujeto se dió cuenta que sus vales eran aceptados,
sin verificar si las joyas seguían en su poder, entonces emitió vales sin
ningún respaldo y así nació la banca.

El problema fue que sólo compro una parte del oro prometido pero emitió
varias veces el esperado, es decir cada dólar vale décimas de lo que debería
valer.
La Reserva Federal que no es un organismo gubernamental, pero si controla
los bancos centrales hace lo siguiente: va un cliente y solicita cien mil
pesos, no se los da el banco sino que en el sistema le carga el monto acordado,
pero en la reserva también, es decir en ese momento aumentaron de la nada cien
mil pesos, solo los avala el compromiso de pago del deudor.
Fuente: quora.com